La editorial Visor ha reivindicado el lugar editorial de la poesía con una estrategia que yuxtapone por igual a libros clásicos y novedades, de tal manera que aquellos tienen algo de éstas y éstas un algo de los primeros. Publicada en el 1999, y celebrando el número 400 de la colección Visor de Poesía, la antología titulada El último tercio del siglo (1968-1998) es, como todas las antologías, una apuesta hacia atrás y una apuesta para adelante, y como todas las antologías conlleva el riesgo de la exhumación, del bautismo, de la interpretación. Se trata, lo cierto, de un riesgo loable, proletario y minucioso.
La poesía americana y española están hoy muy aparte –por encima inexplicablemente de la web, de proyectos editoriales interesantes (así el de Ana María Moix, en Plaza & Janés)–. Nuestras relaciones literarias sufren una cierta escisión, en cualquier caso arbitrarias, más todavía que en otros años, cuando el avión era sobre todo un barco. Conocemos menos de los poetas españoles de la segunda mitad del siglo veinte de lo que estamos dispuestos a aceptarlo. Y para colmo, quizá deberíamos: Juan Luis y Leopoldo María Panero, Pere Gimferrer, Miguel D´Ors, Luis García Montero, Jaime Siles, Eloy Sánchez Rosillo, Luis Alberto de Cuenca, Felipe Benítez Reyes, Carlos Marzal, Jorge Riechmann, Vicente Gallego, son ciertos nombres de este libro que codicia una ochocientas páginas. Sumando veintiocho, los poetas fueron seleccionados por una gorda nómina de trescientos, entre poetas, críticos, editores, periodistas y asociados respetables, reputados y mortales. Más allá de los números, los versos.
La poesía americana y española están hoy muy aparte –por encima inexplicablemente de la web, de proyectos editoriales interesantes (así el de Ana María Moix, en Plaza & Janés)–. Nuestras relaciones literarias sufren una cierta escisión, en cualquier caso arbitrarias, más todavía que en otros años, cuando el avión era sobre todo un barco. Conocemos menos de los poetas españoles de la segunda mitad del siglo veinte de lo que estamos dispuestos a aceptarlo. Y para colmo, quizá deberíamos: Juan Luis y Leopoldo María Panero, Pere Gimferrer, Miguel D´Ors, Luis García Montero, Jaime Siles, Eloy Sánchez Rosillo, Luis Alberto de Cuenca, Felipe Benítez Reyes, Carlos Marzal, Jorge Riechmann, Vicente Gallego, son ciertos nombres de este libro que codicia una ochocientas páginas. Sumando veintiocho, los poetas fueron seleccionados por una gorda nómina de trescientos, entre poetas, críticos, editores, periodistas y asociados respetables, reputados y mortales. Más allá de los números, los versos.
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